jueves, 29 de agosto de 2013

miércoles, 14 de agosto de 2013

Tres error que al escribir te delatan como "NOVATO"

Texto extraido de: http://www.falsaria.com/blog/tres-errores-al-escribir-que-te-delatan-como-novato/


Writer - Scrittore

Nadie nace enseñado. Todos hemos aprendido a leer y escribir en la escuela, incluso nos han enseñado reglas básicas de redacción. Como en la caligrafía y en la gramática, en los comienzos de la narrativa es sencillo cometer fallos muy elementales. Al igual que con el tiempo aprendiste a escribir sin (apenas) faltas de ortografía, con el tiempo puedes mejorar el estilo de tus textos. Observa estos tres errores al escribir en los que todo narrador ha caído en sus inicios y comienza a detectarlos.

Que sencillo es abusar de los adverbios terminados en “-mente”. Es cómodo, práctico, eficiente… y feo. Delatan dos rasgos principales de un escritor que no le hacen quedar en buen lugar:
  1. Escritor novato, con poca práctica en el dominio del lenguaje y sus normas.
  2. Escritor perezoso, que no revisa a fondo el texto.
No estoy diciendo que estos adverbios sean feos e ineficientes. Lo que es malo es la repetición constante de los “obviamente, cabalmente, constantemente, realmente, simplemente…”Observa la cantidad de ellos que utilizas. Si en un mismo párrafo o en párrafos seguidos, has usado dos o tres, seguro que puedes sustituir algún “desgraciadamente” en un “por desgracia…”
Puedes escribir tantos “-mente” como quieras cuando estés creando. Ayuda a avanzar porque es el recurso fácil, no te obliga a detenerte para buscar una frase mejor y así puedes continuar tu vorágine creativa. Pero después, en la fase de revisión, fíjate cuántos de ellos puedes eliminar.
Seguramente te sorprenderás. Mejor dicho: con toda seguridad quedarás sorprendido.
Ten en cuenta estas normas de estilo cuando decidas emplear un adverbio terminado en “-mente”:
Conservan el acento de su raíz: débil = débilmente; jamás se acentúa la terminación.
Si quieres poner dos de ellos seguidos sólo es necesario mantener la forma “-mente” en el último: “Se tendió allí, dulce y serenamente”…
…o bien separar dos de ellos por comas para dar un matiz más subjetivo: “Se tendió allí dulcemente, serenamente.”
Debes evitar la forma enfática “yo personalmente”: es una redundancia.
Los adverbios “mayormente” y “mismamente” son considerados vulgarismos. Las formas más acertadas son:
Mayormente = principalmente
(o también “sobre todo” si quieres evitar el adverbio)
Mismamente = precisamente
Truquillopuedes usarlos para ponerlos en boca de personajes, en el diálogo, cuando quieras resaltar su escasa cultura.

Recuerdano es malo usar estos adverbios, lo realmente malo es abusar de su utilización.

Comienzas a escribir, te entusiasmas, te metes en la historia, te apasionas, las palabras acuden a ti como un torrente, no puedes parar de escribir, las escenas se agolpan, los acontecimientos se suceden… en algún momento has pasado de contar tu historia en tiempo pasado a tiempo presente. O al revés. O a ratos en uno o en otro tiempo, según tu inmersión en el relato.
Es muy corriente que suceda esto, no te preocupes. En fases avanzadas de escritura incluso se puede utilizar como recurso narrativo (escribiré un post sobre esto cuando hable del tiempo narrativo y los puntos de vista).
También es frecuente cambiar la persona gramatical del narrador: comienzas contando la historia en tercera persona (él hacía) y pasas a contarla en primera persona (yo hacía).
De nuevo te aconsejo que no detengas ese estado de creatividad torrencial para subsanar este error. Para eso está la revisión, pero debes tomar conciencia del problema cuando corrijas. Con la práctica dejarás de saltar de un tiempo verbal a otro y a ser más consciente de tu propia voz narrativa, así como de la voz del narrador.
Recuerda: debes tener en cuenta el tiempo verbal con que empiezas a narrar y la persona gramatical del narrador.

Este es un fallo a menudo difícil de detectar sin una lectura a fondo. Se produce cuando una situación se resuelve de manera “milagrosa” o un personaje cambia de actitud o pensamiento sin que un acontecimiento provoque dicho cambio. Es decir, saltarse a la torera la máxima siguiente: todo efecto está precedido por una causa.
Ejemplo: “el hombre estaba sentado, contemplando en un estado absorto cómo crecía la hierba de su jardín. De repente, se levantó presa de un frenesí incontenible y se dirigió a la cocina, donde devoró con ansía un bocadillo de chorizo”.
¿Cuál es el desencadenante de ese frenesí incontenible? ¿Cuál la sucesión lógica de pensamientos que le hace levantarse, que le hace ser consciente del hambre?
Cuidado con los “de repente, de pronto, en un momento dado…”
Puedes hacer actuar a tus personajes por impulsos, hacerles tener reacciones imprevistas… pero asegúrate de dejar claro que los personajes se comportan así por un motivo que les hace ser así.
Igual sucede con las situaciones. No puedes resolver un asesinato sin haber hallado todas las pistas. Pasito a pasito, siguiendo una sucesión coherente de acontecimientos. Queda fatal, dicho sea de paso, sacar un as de la manga en el último instante para cuadrar algo que no has sabido resolver. ¿Al asesino se le cae del bolsillo el casquillo de la bala asesina? ¿Es esa la prueba irrefutable? ¡Vamos, anda, no me tomes el pelo! Porque esa sensación es la que le produce al lector.
En tu relato o novela nada debería suceder por azar, y cuando esto suceda, debes decirlo, remarcarlo, dejar patente que la casualidad juega un papel relevante en la historia; que es casi protagonista. De todas formas, la suerte o el azar pueden ser consecuencia de una cadena de acontecimientos cuyas causas que los ponen en marcha desconocemos.
El escritor Paul Auster domina a la perfección este concepto, el cual ha llegado a ser una parte central de su temática, casi una obsesión… a menudo no bien entendida.
Recuerda: cada acto tiene su consecuencia y cada consecuencia está asociada a los acontecimientos precedentes y también a los futuros. Cuando escribas ten presente este principio:
Toda acción conlleva una reacción, no hay reacción sin una acción previa.

En conclusión
Prestando atención a estos tres detalles, mejorarás sensiblemente tus textos. Denotará preocupación por la forma de escribir, un cierto cuidado en lo que dices y cómo lo dices. Es un signo de profesionalidad, de conocer las reglas básicas del oficio, de no ser un novato en cuestiones narrativas.
Todos, repito, todos los escritores hemos caído en algún momento dado en estos errores. No se nace enseñado, son fallos básicos, son parte del proceso de aprendizaje. Es incluso positivo cometerlos en estadios tempranos de la creación narrativa: ayudan a estar alerta, a tomar en serio las revisiones necesarias.
Se pulen con práctica y, aunque no sea así, en el proceso de corrección se pueden subsanar con mucha facilidad… siempre y cuando sepas detectarlos.

jueves, 8 de agosto de 2013

Vicente Espinel. Espinelas y un soneto.



Artículo y espinelas obtenidas gracias a nuestro amigo Ricardo Fernández en su blog: http://lapalabraesmagica.blogspot.com.es/2012/08/vicente-espinel.html


Vicente Espinel (Ronda 1550, Madrid 1624), es conocido por hacer creado la décima octosílaba, llamada en su honor Espinela a raiz de una cita deLope de Vega en su Laurel de Apolo
Pues de Espinel es justo que se llamen / y que su nombre eternamente aclamen. No obstante, sólo se le conocen diez décimas y poéticamente su obra principal es Diversas rimas en la que incluye todas las formas estróficas rimadas de la época.

Publicó novela picaresca, tradujo a Horacio, fue famoso como músico, corrió mundo como soldado, tuvo tratos con Cervantes, Quevedo y Góngora, y Lope lo reconocía como su maestro. Todo un personaje, más allá de sus espinelas. Estas son las primeras de Diversas Rimas.

(1)
No hay bien que del mal me guarde,
temeroso y encogido,
de sinrazón ofendido
y de ofendido cobarde.
Y aunque mi queja, ya es tarde,
y razón me la defiende,
más en mi daño se enciende,
que voy contra quien me agravia,
 
como el perro que con rabia
a su mismo dueño ofende.

(2)
Ya esta suerte, que empeora
,
se vio tan en las estrellas,
que formó de mí querellas
de quien yo las formo ahora.
Y es tal la falta, señora,

de este bien, que de pensallo,
 confuso y triste me hallo,
que si por vos me preguntan
los que mi daño barruntan,
de pura vergüenza callo.


Diversas Rimas. Vicente Espinel.

 Las décimas o espinelas, tanto las más populares en octosílabos como las de endecasílabos, se usan a menudo para poemizar sobre temas jocosos y los autores van contestándose iniciando la suya con el último verso de la anterior. Como me gusta esta poesía viva y divertida he incluido una página específica en el blog que he titulado "El rincón de la espinela":http://lapalabraesmagica.blogspot.com.es/p/rincon-de-la-espinela.html

Si queréis más información sobre Espinel y su obra os dirigo a un enlace de Poetas Andaluces: http://www.poetasandaluces.com/poemas.asp?idAutor=92 . Os dejo con un soneto suyo.


No hay en mis males hora de descanso,
ni algún alivio en mi dolor inmenso:
y si por descansar alguno pienso,
do lo pensé hallar menos descanso.

Si con imaginar mis fuerzas canso,
discurriendo en mis males por extenso,
vengo a quedar atónito, y suspenso,
mas no por eso mi tormento amanso.

Si la imaginación algo se esfuerza
por darme un bien fantástico, y esquivo,
huye ligero por diversos modos.

Mirad cuán flaca, y miserable fuerza,
y en cuán desesperado estado vivo,
pues que me falta lo que sobra a todos. 


Vicente Espinel.