lunes, 2 de diciembre de 2013

El “Me gustismo” social




            En una sociedad donde lo imperante es la información, donde sabemos al instante lo que sucede en Nueva Cork, en Angola o en Filipinas. En un proceso donde la telemática, la tecnología de vanguardia choca frontalmente con la pobreza y la incultura más extrema, es curioso ver como apenas si hablamos con el vecino, en el caso de que lleguemos a conocerlo, como ignoramos qué vida lleva alguien que trabaja codo con codo en nuestra misma oficina… desconocemos las inquietudes del colectivo de personas que estamos ocupando un mismo entorno laboral o social, en esencia, estamos muy bien informados, tal vez porque ello favorece estar dispersos en el universo social y muy muy poco comunicados.

            En esta locura social, a la que eufemísticamente le hemos dado en llamar “estado del bienestar”, “Sociedad desarrollada” y más aún  “sociedad civilizada”, nos encontramos que esa falta de comunicación que se va poco a poco manifestando dentro d elas propias redes sociales que fueron, otro tiempo, líderes d ela comunicación sí, pero donde tiempo y especialmente espacio no tienen cabida.  En ocasiones se anuncia un evento del tipo que fuera en la red que se quiera y ves como la gente indiscriminadamente pone “asistiré” aun cuando dicha persona se encuentre en el Cairo, o en Caracas y el evento sea en Madrid, “asistiré” como si pudiéramos ser y poseer el don d ela ubicuidad, estar en tantos sitios como se deseare… lo cual es incomprensible y muchas veces no se acaba de concebir bien la idea de “leer todo” lo que el evento anuncia… “¿Para qué? – se dicen en ocasiones – ya lo anunciarán bien” y bien anunciado está solo que se nos ha enseñado gracias a la publicidad a verlo todo en un único momento, un único instante y se  ha perdido esa mágica capacidad de mantener una conversación coherente, larga, distendida de opiniones, contrapuestas incluso donde el respeto a la otra persona es imperante  a ambos interlocutores…  Eso que se enseñaba en la Grecia clásica más pura, la dialéctica,  la oratoria y la maieútifca… aquello lamentáblemente, mucho me temo que quedó en el olvido y en el vago recuerdo de aquellos, nostálgicos tal vez, que nos gusta pensar que el hombre es un ser lleno de posibilidades y recursos…

            Así las cosas, es frecuente, incluso muy frecuente ver como a cada dí aumenta de forma exponencial y vertiginosa el uso de redes sociales, bien por la ciudadanía y los  colectivos sociales como por escritores, artistas, políticos y personalidades del ámbito publico para anunciar sus sucesivos desarrollos, progresos y actividades novedosas. Pero es cierto, y ello lo he comprobado en propia carne y no por tercero, que en ocasiones toda la conversación de la inmensa mayoría de los iternautas se limita a un leve “clic” en su ratón que, en muchas ocasiones lo tiene integrado en un ipad, smarphone o similar… un “me gusta” otro tiempo hubiera supuesto… una larga crítica, un largo comentario, tal vez una tertulia, sentados largamente en un mesa tomando un café o un chocolate donde el tiempo parecía detenerse en aquellos cafés de tertulia literaria… En mi caso soy persona muy dada a estas circunstancias y motivo de esto es que escribo sendos comentarios como la presente nota… a lo cual, solo recibo como respuesta, lejos de encontrar comentarios, opiniones, sugerencias o invitaciones a debatir la propuesta en un “tête à tête”, me encuentro, como no podía ser de otro modo por otra parte un “me gusta” o varios, hasta el punto que el hecho de encontrar varias personas qu eles gusta ya es aceptado socialmente casi como un éxito pues supone que varias personas se han llegado a molestar en pulsar el botón del “me gusta”, Gran esfuerzo y sobrecogedor el empeño del lector que así lo hizo por deferencia del que ni siquiera se plantea semejante homenaje al que escribió aquellas líneas. Pero aún podría decir más… en ocasiones he dejado deliberadamente de escribir con la frecuencia normal y se me ha requerido por algunos de mis lectores por si me encontraba enfermo o tenía algún tpo de dificultad

-         ¿Está bien?
-         Sí sí claro ¿por…?
-         Hace días que no veo nada publicado suyo…
-         Ah, usted me lee
-         Sí claro todos los días, dice cosas muy interesantes y de forma divertida, es algo ingenioso y me gusta su estilo
-         ¿Y porque no lo pone abiertamente en un comentario?
-         Bueno… y apongo que “me gusta”
-         Ah, entiendo…


“Ya he puesto que me gusta”, frase qu engloba lo antedicho, es decir si alguien le pone qu ele gusta ya está diciendo todo cuanto piensa de usted, la opinión del comentario, la afición por su estilo, su forma, su contenido, su textura literaria o cronística… vamos el poder de un “me gusta” es algo tremendo, dos palabras de un valor, otro tiempo nunca tan valorado como en el presente.

Confiemos pues que este “me gustismo” sea algo transitorio y como toda moda en estos tiempos sea fugaz y no deje secuelas para volver, afortunadamente a mantener aquellas viejas tertulias del café NIKE o del café de levante… tertulias que murieron por aburrimiento ya que con un “me gusta” ya estaba todo dicho.


Si he conseguido que este artículo haya comentarios más extensos de un “me gusta”, conseguiré sin duda un gran triunfo en mi propósito, si no es así… esperaré pacientemente a que este virus se extinga como un dinosaurio más en espera eso sí de que sea  a la mayor brevedad para el bien de la humanidad y su capacidad de comunicación

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